Steve Jobs un hombre sencillo, humilde y lleno de sentido común.
Nos regala un discurso completamente emocional, descubriendo hechos de su vida propia para llegar a impactar al público.
Hace referencia a la vida y la muerte.
Utiliza palabras fáciles para que el público lo entienda.
Toca las emociones del público con anécdotas.
Habla de miedos y se pone al mismo nivel que el público.
Utiliza ejemplos ligados a su empresa y productos donde el diseño y la tecnología son clave.
Va directo a lo que quiere transmitir, menciona su marca y la conecta con experiencias creadas con su público.
Utiliza conceptos universales de filosofía de vida.
Se muestra al mismo nivel que cualquier emprendedor.
Revela algunos de sus tropiezos.
Invita a salir de la zona cómoda y a animarse a emprender.
Habla mirando a los ojos, y con el poder de sus ideas y palabras toca el corazón.
No teme en poner ejemplos, reforzando su liderazgo, y finaliza con una síntesis conceptual de lo que quiso transmitir, que será lo que quedará grabado en las mentes y corazones de las personas.
Steve Jobs era una persona con visión de futuro y pasión por lo que hacia.
Pese a las dificultades de la vida siempre tuvo constancia para poder conseguir sus retos, superándose día a día con su creatividad.
Su muerte quizás haya servido para inspirar a las nuevas generaciones que hoy estamos aquí en busca de un futuro.
Escuchar este discurso me ha ayudado a pensar en que uno debe hacer lo que le apasiona, que debemos seguir nuestra intuición, investigar, no dejarnos llevar por lo fácil, por lo práctico o por lo que vende.
Al mismo tiempo me ha hecho pensar, que debemos aprender del fracaso, que debemos arriesgar por las ideas que uno tiene y que no debemos dejar para mañana lo que podamos hacer hoy.
Es un discurso cargado de emoción, que en definitiva lo que trata de hacernos ver es que debemos encontrar lo que uno ama.
“Si hoy fuese es el último día de mi vida, querría hacer lo que voy a hacer hoy?”
Steve Jobs.
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